jueves, 5 de julio de 2012

Dos asientos menos nueve.


Necesito respirar, de nuevo lo dejé de hacer, olvidé, nadie me recordó que mi necesidad de oxígeno aumentaría después de cantarte todo esto.

El sol ha vuelto a ocultarse, siempre me ve en esta ventana, la luna me hace mejor compañía, prefiero que sólo pueda ver mi rostro, prefiero ocultar el resto de lo que soy, prefiero permanecer en la seguridad de este lugar, aislada del mundo a su manera.

Debería dejar de intentar complacer, debería… debería saber qué es lo que necesito, saber qué es lo que podrá salvarme.

Quiero que recojas mi cabello con la misma sensibilidad con la que me besas, extraño esa sensación de tenerte cerca cuando necesito respirar bajo ese vaso de agua.

Preocupados por si las cartas llegan con el destinatario, preocupados por la vida, que bonito, que bello. Ese aroma te queda como tu nombre.

Este tiene la cantidad necesaria de palabras para terminar como se debe, espero que duela, gracias por las endorfinas…

“Querida vida, hace tiempo que no me visitas, cuando vengas no olvides traer un ramo con esas flores que sabes que me encantan… le vendrían bien a mi habitación… SALUDOS!”.

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