lunes, 30 de septiembre de 2013

Diario.

No quería ni verlo, no quería escucharlo, no quería que se acercara, que me tocara, no quería ni siquiera saber que estaba respirando, no podía con nada de eso, simplemente lo quería lo más lejos posible de mí… en mis venas no corría sangre, en mis venas corría decepción.

Toda mi vida crecí con la idea de que nada era real y por fin, llegó, llegó el día en el que pensé que podría confiar, en el que creí que al cerrar los ojos nada malo me podría suceder, no necesitaba más que un poco de verdad para ser feliz, y fue como si me quitaras mi oxígeno, si rompieras con mi razón, si causaras un desorden fuera de lo normal y eso que estaba acostumbrada a los desordenes, generalmente era yo quien los causaba.

Mi razón resultó más importante que mi corazón.

Y cada que recordaba quien había sido, la peor sensación de mi vida me recorría el cuerpo, sentirme helada e hirviendo por dentro, colapsando en vida, honestamente sólo quería engraparle la frente…


Quizá maldigo demasiado. 

martes, 3 de septiembre de 2013

Vamos a vernos

Por alguna extraña razón todo se volvió rencor, rencor hacia las personas equivocadas…

Aún necesitamos aprender muchas cosas, aún necesitamos aprender acerca de los cambios, aún necesitamos aprender de la vida… y yo de alguna forma aprendí a perder la cordura de una manera delicada, sí, simplemente dejaron de importar muchas cosas.

Sé que no soy lo suficiente bonita como para evitar que mires por las calles en busca de satisfacción.

Miré, busqué entre todas las hojas, una por una, esperando encontrarte y no, simplemente supe que ya no estarías ahí, sabía que algún día dejarías de aparecer entre mis letras, entre mis pensamientos, entre mis ojos y sueños, algún lugar el cual aún no conozco.

No puedo creerlo, absolutamente irreal, somos tan iguales y tan diferentes, pensar que si tú puedes hacerlo no está mal que yo lo haga… ¿qué estás enseñándome?

Ira, rabia, impotencia, molestia, esa maldita falta de cordura que me orilla a odiar a todos, a lo que le tenemos miedo, a lo que yo le tengo miedo, algún día ya no me verás.

No me cortes mis hojas, no me quites mis ramas, no arranques mis raíces… déjame crecer, déjame salir, déjame conocer… si tú lo haces quizá te recordaré.
Ayúdame a encontrar esos días de verano, ese lugar donde lo hacemos, recuérdame que el mundo será mío… quizá.

Sin darme cuenta volví, volví a mencionar ese quizá, ese quizá que tanto me ayuda, esa probabilidad de que piense en la parte horrible de esta historia.

Cortos, pero es que ya no tienen nada que ver, intento resumirlo todo, la manera más fácil de entender es cuando lo explicas con manzanas, me las comí todas, como los corazones de las demás personas.

[Sucia, triste, avergonzada, invisible, fea, defectuosa, sin dignidad, estúpida, asustada, muriendo… soy yo, acaso no lo ves? Soy yo…] No te diré que estoy triste porque está lloviendo, está lloviendo porque estoy triste… que terrible melodía, que decepción de personas, me pregunto qué sentirá? Qué sentirá de saber que su creación ha fallado completamente, que su creación sabe autodestruirse?...

Mi frase favorita son los puntos suspensivos”.

A veces sé que puedo… otras, sé que me moriré antes de conocerte. Otra vez, otra vez nada es real, otra vez todo fue producto de mi imaginación, de nuevo me equivoqué, de nuevo… no siento nada.

Estoy tan vacía como las mentiras que digo, quizá algún día quieras que yo sea tuya, quizá algún día aprendas a perdonarme, quizá algún día dejes de ser egoísta, estoy segura de que por fin ese día entenderás absolutamente todo, hoy no voy a esperar a la suerte… hoy me voy caminando sola.