miércoles, 4 de julio de 2012

Cosas nuevas.


A falta de todo lo que podría estar haciendo ahora me estoy resignando a escribir, tenía algo de ganas de desaparecer, pero simplemente tenía que darme tiempo para dedicar unas cuantas de mis letras, los días se han tornado algo brillantes, aunque un poco de neblina no le ha venido mal, me agrada mucho…

Tengo unas muy buenas melodías para mostrarte, me cansé de dedicar sin ser correspondida, cómo podrías comprenderlas? Me duele el corazón de tan solo pensar cómo podrías tocarme a ese ritmo, te quiero cerca, aunque me aterre la idea de quererte, me adormece pensar en ti, no puedo evitar soñar con nuestros encuentros de amantes.

Tus besos me alimentan, necesito que pases otro rato conmigo, no puedo seguir mirándote en secreto, mi piel se volvió adicta a tu roce, qué importa si está bien o mal, ojalá y esté mal.

Y me dije; me enamoré… no, no lo hice, quise, quise demasiado, pero nunca amé, nunca me porté como debía, al grado de obsesionarme, buscarlo con unos nervios que hasta a mí me consumieron, me aterré de aferrarme a la idea de que nunca podría dejarlo marchar, pero esa es una historia que quiero dejar de contar; es que es de las más interesantes que he tenido, mi proceso de meses para sacar de mi mente a un personaje desconocido, al que le dediqué más de una galaxia de cuestionamientos, argumentos del porqué debía quedarse…

QUÉ FELIZ ESTOY DE QUE SE HAYA MARCHADO, QUE FELIZ ESTOY DE HABERLO BESADO DE NUEVO... (Mataré a los testigos de nuestras caricias).

Ya no tengo miedo a tu ausencia. “Mi corazón está seco”.

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